Balance mental-emocional.
2017-08-14

Las emociones son más difíciles de entender que las necesidades físicas.  Muchas veces tenemos emociones encontradas y hasta contradictorias.  A veces lo más difícil es identificar qué es realmente lo que estamos sintiendo, pues las emociones muchas veces están en capas, unas encubriendo a las otras.  Además nadie nos educa para sentir y resolver emociones, se nos deja más bien a nuestro propio entendimiento qué hacer con ellas.  Lo más importante es aprender a conocernos, a observarnos, a indagar profundamente dentro de nosotros mismos para ir identificando nuestras emociones, poniéndoles nombre y causa.  Una vez identificadas, es mucho más fácil lidiar con ellas, y cuando las dejamos salir y correr su curso, se van diluyendo por sí mismas.

A mí me sucede que el enojo muchas veces esconde miedo.  Cuando identifico detrás de un gran coraje el miedo que me lo provocó, puedo lidiar con la causa y disipar las emociones.  Por ejemplo, me enoja cuando mis hijos no obedecen.  Este coraje esconde mi miedo a perder el control.  Cuando lo realizo y atiendo mi necesidad de controlar y el miedo que me da no poder hacerlo, el enojo se disuelve por sí mismo.  Cuando nos conocemos y lo que nos detona nuestras emociones se vuelve mucho más fácil mantenerlas en equilibrio.  Te invito a intentarlo.