Relaciones: No ser una carga para los demas
2016-05-24

Es muy común en las relaciones volverse codependiente, es decir, depender en el otro para ser felices, incluso para darnos significado en la vida.  Cuando estamos enfermos, esto se vuelve exponencial, pues realmente llegamos a depender del otro para cubrir nuestras necesidades básicas cuando estamos muy mal.  Lo malo del Lupus es no es una enfermedad pasajera, si no que es una condición de por vida.  Es por lo tanto importante que aprendamos a no recargarnos demasiado en los demás, o a tener un grupo de apoyo amplio para casos de crisis, ya que cuidar de un enfermo se puede tornar muy tedioso y hasta pesado para el que lo hace.  Así, se puede comenzar con toda la buena voluntad de la otra persona, donde ésta nos quiere ayudar en todo y terminar agotándolo hasta el extremo que pueda salir huyendo de la relación o pueda tornarse enojón, haciendo las cosas de mala gana.  Cuando esto sucede, el enfemo se siente culpable de sentirse mal y ser una carga para la persona que se ofreció tan amablemente a ayudarlo, y la relación puede volverse sumamente nociva, contribuyendo más al malestar que al bienestar de ambos.  Como pacientes de lupus debemos de ser cuidadosos de no agotar las reservas de nuestro sistema de apoyo, no queremos que nuestros seres queridos nos comienzen a ver como una carga envés de ayudarnos con gusto.  Algunas cosas que se pueden hacer para evitar ser una carga demasiado pesada para el otro son:
  1. Evitar quejarse todo el tiempo. Tratar de ser buena compañía y tener sentido del humor.  Es mucho más fácil estar con alguien que rie que con alguien que refunfuña constantemente.  Esto también aplica para los cuidadores profesionales, como enfermeras y médicos.
  2. Tener una red de apoyo amplia.  Tener diferentes personas que ayuden en diferentes tareas para hacer menos pesada la carga para todos.  Por ejemplo, en el hogar, se pueden distribuir las tareas entre los hijos y la pareja e ir rotando las tareas diariamente para que ninguno se aburra demasiado.  Las tereas que hay que hacer fuera del hogar, se puede encargar con amigos o vecinos.  Por ejemplo, pedir a una vecina que viva cerca y tenga a sus hijos en la misma escuela que los tuyos, que vaya a dejar y recoja a tus hijos junto con los suyos.  Pedir a una amiga que va a hacer la compra que te traiga algunas cosas de camino de regreso a casa.  
  3. Delegar lo más posible. Tener teléfonos de supermercados que tengan servicio a domicilio, restaurantes que lleven comida a casa si no puedes cocinar, inscribir a tus hijos en el transporte del colegio, etc.  Todo lo que puedas delegar a profesionales es mejor que estar pidiendo favores constantemente.
  4. Aprende a disfrutar de tu propia compañía o ten actividades que puedas realizar sola aunque te sientas mal, si pides estar rodeada de gente todo el tiempo se pueden cansar rápidamente de tí.
  5. Con tus amistades.  Si no puedes ir a sus eventos o actividades, inventa unas más tranquilas en las que puedas participar que sean divertidas e invítalos tu, como por ejemplo, ir al cine.  Así no te sentirás sola, harás cosas divertidas con amigos, ellos se sentirán que te están apoyando y acompañando y todos felices. 
  6. Se agradecido con todos.  Recuerda que tu red de apoyo es tu línea de supervivencia cuando estás mal, así que sé agradecido y reciproca favores cuando estés bien, así las personas cercanas tendrán buena voluntad de volverte a ayudar en un futuro.  Haz lo que puedas por ellos, aunque sea hacer una tarjeta de agradecimiento o algún detalle que diga gracias.