De los síntomas más incapacitantes e incomprendidos del lupus es la fatiga lúpica. Nadie puede entender que tan más allá del cansancio normal es. Hacía mucho que no la padecía y ahora que me dio es impresionante como la menor cosa, algo que normalmente es muy fácil puede resultar un esfuerzo más allá de lo humano. Algo tan sencillo como sonreír, como platicar. Es un cansancio que parece llegar hasta la médula de los huesos, que hace el cuerpo pesado, como si estuviese hecho de plomo y moverlo resulta una labor titánica. Pensar cuesta trabajo, como si el cerebro tuviese engranes oxidados y hacerlos funcionar tomara toda la energía disponible. Hay muy poca energía disponible. Estoy consciente de cada respiración, casi como si mi cuerpo tuviera que decidir entre respirar y hacer las demás funciones. Una respiración profunda me agota, los músculos del pecho reniegan del esfuerzo de llenar los pulmones. ¿Quién que no haya sentido esta fatiga extrema podría comprenderla?