Muchas veces las personas más cercanas a nosotros son las que sin querer más nos agobian. Esto sucede por amor. Son los que más quieren estar con nosotras, y por lo tanto, las que más presiones nos ponen. En ésta época de fiestas es muy común que la familia insista en nuestra presencia en todos los festejos y reuniones. Además, los hijos quieren caso, hay que comprar regalos y muchas veces cocinar y llevar comida a las reuniones familiares. Se puede volver una época muy agobiante si nos dejamos caer en la trampa. Hay que estar conscientes de ésto:
- Nos están agobiando por amor, porque somos importantes para ellos. Podemos utilizar este conocimiento para excusarnos de algunos compromisos. Si hablamos claro y decimos, por ejemplo: “Sé que quieres que vaya a tu reunión porque me quieres y quieres que esté, pero esta semana tengo otras dos ocasiones y a tí te voy a ver en la siguiente reunión. ¿Será que me puedas perdonar estar ahí hoy (o irme temprano) para que pueda estar sana toda la época?
- Los hijos quieren atención siempre, son como adorables pozos sin fondo de cariño, necesidad y atención. Es también amor. Quieren que les hagamos caso porque nos quieren. Es preferible programar tiempo de calidad con ellos que tratar de llenar todas sus necesidades y agotarnos en el proceso. Si se les habla claramente, entienden (dependiendo obviamente de la edad del niño). Programa actividades en reposo con ellos, como dibujar, hacer manualidades o cosas sencillas de comer, que te puedan ayudar a hacer.
- Si tienes reuniones de “llevar”, recuerda que hay muchas cosas que puedes comprar hechas que te evitan el trabajo de cocinar y lavar después. Aprovecha toda la ayuda y los atajos que puedas, todo lo que evites es menos cansancio y significa que puedes estar más con tus seres queridos. ¡Recuerda que les importa más tu presencia y tu bienestar que las galletas que te salen tan ricas!