De hecho, todas las enfermedades comienzan en el campo energético, la energía se estanca y comienza a afectar a los órganos. Todo comienza con un pensamiento negativo, que continúa con un sentimiento negativo no reconocido, que se queda latente en el cuerpo. Este sentimiento comienza a estancarse, se queda “atorado” y poco a poco comienza a afectar al cuerpo físico. Muchas veces ya perdimos conciencia de lo que nos sucedió y de lo que sentimos, pero si no lo reconocemos y expresamos, se queda ahí, atorado en el inconsciente.
Por esto es tan importante reconocer lo que sentimos, aunque no nos parezca bueno, apropiado o no nos creamos capaces de tener “esos” sentimientos. Socialmente nos han enseñado que hay buenos y malos sentimientos, entonces tratamos de tener siempre los buenos e intentamos ignorar o esconder los malos. Estos son los que se atoran en nuestro cuerpo energético. De hecho, no hay sentimientos buenos y malos, todos son humanos y normales. No tenemos que actuar sobre de ellos y tenerlos no nos hace una mala persona. Simplemente debemos de reconocerlos y expresarlos saludablemente.