Yo sé, hemos escuchado ésto un millón de veces y suena bien, pero nadie nos dice exactamente cómo hacerlo. La palabra amor ha sido sobre usada al punto que ya ni siquiera sabemos bien que significa. Supongo que significa diferentes cosas para diferentes personas, pero para mí el amor está más cercano a la aceptación que a ningún otro término. Aceptación es la actitud interna, la atención es la manifestación externa, es decir, lo que hacemos que significa amor. Cuando me acepto a mí misma completamente de todo corazón, con todo lo que me gusta y me disgusta de mí, piensen lo que piensen los demás, con todas mis limitaciones, miedos y sentimientos “negativos”, puedo comenzar a amarme a mí misma. Pero, ¿cómo pudo aceptar algo que no conozco? No puedo. Por eso la atención es un ingrediente clave. Tengo que conocerme a mí misma completamente. La manera de hacer esto es poniendo atención, observándome activamente sin juicio: lo que pienso, cómo me siento, qué me hace sentir bien, qué me duele. Primero observa con atención tus reacciones, tus sentimientos, nómbratelos a tí misma, acepta que a veces sientes envidia y odio, depresión y desesperanza, junto con felicidad, gozo y ternura. Obsérvalos a todos, y permitete verte completamente. Sólo entonces puedes aceptar quién realmente eres y no a quién quieres ser. Cuando te aceptes a tí misma sin querer cambiar nada o ser nadie nadie más, te haz comenzado a querer. Entonces pónte atención, resuelve tus problemas, perdónate por lo que te haga sentir culpable, se compasiva y paciente contigo misma. Sólo entonces estás siendo realmente amorosa contigo misma.